La recaudación decimaL en eL arzobispado de méxico C. A. Ortega cias no pagando el diezmo y, por otro, una preeminencia del poder militar sobre el poder de las autoridades eclesiásticas, estas últimas debilitadas en su capacidad de coacción debido a la desarticulación de los mecanismos fiscales del sistema tributario. Otras prácticas llevadas a cabo eran la ocultación de la cosecha y la disminución en el pago del diezmo. Respecto a lo segundo, por ejemplo en el caso de los ganados, los causantes pagaban menos de lo estipulado (tasado), para lo cual argüían el mal estado de las crías debido a la guerra. Esta conducta era practicada frecuentemente por los pueblos de indios.85 A lo anterior se sumaba la omisión en el pago de determinados productos como la fruta o los esquilmos.86 Las prácticas de evasión germinaron en un medio favorable no sólo por el estado de guerra, sino también porque el poder de coacción de las autoridades eclesiásticas comenzó a flaquear en tanto las autoridades civi- 77 les dejaron de apoyarlas en la recolección decimal. Es probable que las au- toridades civiles optaran por canalizar sus fuerzas (militares y económicas) a mantener el orden social (después de todo el entorno lo exigía) en lugar de respaldar el cobro de un impuesto que, habremos de considerar, no les garantizaba ingresos inmediatos. Tercero, el cobro del diezmo se tornó difícil para los colectores, por- que grandes áreas de los diezmatorios estuvieron ocupadas por las tropas. El despliegue de las milicias y el ejército a lo largo y ancho del territorio del arzobispado de México acarreó problemas a los colectores para trasladarse a las fincas y pueblos diezmantes, así como para comunicarse con sus subal- ternos. Los caminos estaban ocupados y las vías de comunicación cortadas, lo que provocó el estancamiento de la recaudación. Como ejemplo, cita- remos el caso del colector de Temascaltepec, quien comunicó a los jueces hacedores no saber nada sobre la condición de los partidos de Malacatepec, Ozoloapan, Real de Temascaltepec y Jultepec debido a la ocupación de la cabecera por parte de los “levantados”.87 Asimismo, el sitio de guerra obligó a los colectores a suspender la recaudación “dejando los frutos decimales en las fincas que los habían causado hasta que las cosas tomaran otro aspec- to”. Tal fue el caso del colector de Ixmiquilpan.88 A las razones del desplome de la recaudación decimal ya enunciadas debe sumarse la disminución de sacerdotes en el arzobispado de México. D. R. © 2012, Instituto Mora Se autoriza la reproducción total o parcial de este artículo, siempre y cuando se cite la fuente.
Representaciones y practicas sociales
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